Me siento contento de saber que el cine es necesario. El cine que he conocido. El cine en una sala oscura. Sentir la intimidad de una butaca, la transmisión de la imágenes en el aire sobre una pantalla blanca, esa sensación de inversión, de entrar en otro universo y en otra historia.
Malcom&Marie es una película incomoda. Es una película del siglo XXI, con actores del siglo XXI, con diálogos del siglo XXI estrenada directamente en Netflix por obra y gracias de nuestros tiempos. Pero es un fracaso total… porque es cine.
La experiencia de ver esta película en una sala de cine no es comparable al contemplarla en el salón de tu casa. Con las llamadas de teléfono, la cena que se cruza o el comentario “menudo peñazo pon otra cosa”.
Pero en el cine, has pagado la entrada, esta sentado en medio de una sala, entras en otra dimensión . En nuestro caso nos encontramos una desconstrucción de las relaciones humanas, te dejas abofetear, permites que te den la espalda, siente los reproches, tomas partido y te subes en el tobogán de las emociones que termina en ese clímax de 6 minutos de “gracias”… y sales sacudido
Pero esto es insufrible en el salón de tu casa… te lo aseguro . En condiciones normales hogareñas no se puede ver, es imposible. Es un “ tour de forcé” que te sacara de los nervios
Esta película será un clásico del siglo XXI estrenada en un medio donde no se puede ver. Si esta ahí pero no se puede ver…. y se convierte en una película que pocos verán. No es por oportunidad, la tienes disponible en cualquier pantalla que tengas alrededor pero no la verás. Por que es complicado, porque agobia, porque es cine en tiempo de pantallitas.
El director y guionista es Sam Levison, es hijo de un director solido y de renombre del Hollywood de los 70 :Barry Levison, además es creador de Euphoria una serie magnífica difícil de encasillar donde ya hace gala de todo su potencia. Lleva el cine en sus venas, pero además ha creado su universo particular
Prepara tus condiciones ambientales si quieres ver a esta pareja esnob e insufrible mientras desnuda las capas de cebollas, viajamos a la esencias de la relaciones amorosas, a la relación de dependencias que nos obliga el hecho amoroso, esos juegos de la vanidad, egos, envidias, celos, pasión y desprecio que implica el amor bien envuelta en el verdadero problema que es la incomunicación.
Nuestra capacidad de comunicar, de comunicarnos y los malditos silencios en que escuchas sólo tu deseos, pero no los expresas.
Al final ruptura o conciliación. Tu decides